En el periodo 2013-2018 el Infonavit habrá derramado en crédito más de un billón, con “b” de bueno, un billón de pesos.

A nombre de toda esta gran familia Infonavit, que se constituye de acuerdo a nuestra Carta Magna como una institución del Estado mexicano, lo recibimos como Jefe de ese Estado Mexicano, con la gratitud, reconocimiento y orgullo de un mexicano que trabaja todos los días por nuestro país.

 

Sea usted bienvenido, señor Presidente.

 

Saludo al señor Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, don Ernesto Cordero, y con él a las y los legisladores que enmarcan con su pluralidad al estar aquí presentes.

 

Saludamos a todos y cada uno de los miembros del Gabinete legal y ampliado del Gobierno de la República y a todas y todos los funcionarios que todos los días transversalmente trabajan junto con el Infonavit, gracias por su presencia.

 

Saludo con afecto y especial estima y reconocimiento a don Carlos Aceves del Olmo, Presidente del Congreso del Trabajo, Secretario de la CTM e invaluable colaborador del Infonavit.

 

A través de él saludo a todas y todos los liderazgos, obreros, regionales y estatales que nos brindan el honor de su presencia y que forman parte de esta gran familia.

 

Al señor Gobernador del Banco de México, a don Alejandro Díaz de León, y al señor Presidente de la Asociación de Bancos de México, Marcos Martínez Gavica, muchas gracias, son bienvenidos a esta su casa.

 

A las y los presidentes de confederaciones y cámaras empresariales aquí presentes, a las y los empresarios de México por generar cientos de miles y millones de empleos aquí en nuestra nación. Ustedes son parte esencial y motor de esta gran familia Infonavit.

 

Agradezco la presencia de Elkin Velásquez, Director General de ONU-Hábitat para América Latina y El Caribe, su presencia esta tarde fortalece nuestra alianza institucional, a través de la SEDATU con el Infonavit.

 

Saludo al señor Gobernador Juan Manuel Carreras, gracias por estar aquí, y distinguido ex colaborador del Infonavit.

 

Agradezco enormemente que esté aquí, entre muchas personalidades, al doctor Jeffrey Sachs, quien no necesita presentación. Hoy Director del Earth Institute y a quien debemos en buena medida en todo el mundo los objetivos del desarrollo sustentable. Es un honor que estés en México, Jeffrey.

 

Saludamos desde aquí y en vivo a más de cuatro mil 400 trabajadores del Infonavit que, gracias a la tecnología, nos están siguiendo en vivo, a través de la representación sindical digna de Rafael Riva Palacio y el saludo reconocido a nuestros directores sectoriales Obrero y Empresarial, don Abelardo Carrillo y don Sebastián Fernández.

 

A los medios de comunicación hoy presentes aquí.

 

A la fuente de Presidencia, a la fuente del sector de la Vivienda, así como a destacadísimas y destacadísimos columnistas, directores, dueños de periódicos, televisoras y radiodifusores, que enriquecen el debate público y que construyen libertades todos los días por México.

 

A los miembros de los órganos de gobierno, estudiantes universitarios, notarios, valuadores, verificadores, desarrolladores de vivienda, instituciones financieras que nos acompañan y que participarán en estos días activamente con lo más destacado del urbanismo a nivel global, en este foro que está organizado para la familia Infonavit, que la constituyen todos ustedes.

 

Señoras y señores, la Cumbre de Financiamiento 2018 parte de una interrogante básica: ¿Hasta dónde debe llegar la responsabilidad de una institución como el Infonavit cuando financia una vivienda?

 

¿Dónde termina una casa y dónde empieza una ciudad?

 

Como la institución público-privada que más hipotecas financia en México, Infonavit no podía ser omiso respecto a la conformación urbana del país, la calidad de vida de sus acreditados y la sostenibilidad del nuevo modelo de vivienda centrado en las personas, impulsado por Enrique Peña Nieto y no en la producción de casas.

 

El modelo de financiamiento a la vivienda en el último lustro ha cambiado de fondo, desde la creación de la SEDATU como rectora de la política pública hasta la democratización de la oferta, permítanme solo compartir un dato.

 

Hace 46 años que cumplimos hace apenas 24 horas, solo había 200 empresas constructoras de vivienda en nuestro país; hoy hay más de tres mil que le apuestan a la modernidad, a la innovación, a generar una buena oferta para nuestros trabajadores.

 

Ese es el tamaño de la dimensión social de esta Institución del Estado mexicano.

 

Esta es la razón que nos convoca esta tarde, la convicción que la vivienda no empieza ni termina en una puerta o en una calle; una casa empieza y termina en una ciudad. Por eso decidimos impulsar el Índice de Ciudades Prósperas con ONU-Hábitat, un diagnóstico que mide seis dimensiones en donde México es parte, pero no es el juez de la evaluación, sino es un índice internacional consensado a nivel mundial: productividad, desarrollo de infraestructura urbana, calidad de vida, equidad, inclusión social, sostenibilidad ambiental, gobernanza y legislación urbana.

 

Por primera vez en México tenemos una metodología compartida para que las decisiones sobre el desarrollo urbano de México se tomen en función de evidencias y de investigación seria, no de ocurrencias.

 

Así el índice de ciudades prósperas con esta metodología internacional, México camina con un lenguaje común entre nuestras ciudades y brújula de cara al futuro.

 

Señoras y señores:

 

Con plena autocrítica les digo, si el Infonavit ha decidido tomar un papel más relevante en la conformación de las ciudades de México, es porque está consciente que tiene una responsabilidad enorme con las generaciones del futuro. Más de 16 millones de derechohabientes del Infonavit aún no cuentan con un crédito y la demanda potencial a partir del éxito de la reforma laboral implementada por usted, señor Presidente, nos marca que la demanda va a seguir creciendo.

 

Hoy la responsabilidad macroeconómica y un ambiente propicio para la inversión es la mejor manera de saludar al futuro.

 

Cada empleo formado y generado en México aquí en el Infonavit, lo asumimos como una responsabilidad.

 

Estamos conscientes de lo que hemos logrado en 46 años, pero sabemos también que es insuficiente frente a un país dinámico, complejo, retador, donde instituciones como estas, catalizadoras de la movilidad social, deben tener presente el principio de la solidaridad financiera para que con la fuerza de la derechohabiencia se convierta una oportunidad cada nuevo acreditado de nuestro Instituto.

 

El viernes pasado se celebró, señor Presidente, la última Asamblea General del Infonavit en la administración que usted encabeza, en la que fueron aprobados por unanimidad el Informe de Actividades y los Estados Financieros de esta Institución.

 

Honrando al tripartismo escuchamos los planteamientos del Sector Obrero, del Sector Patronal y del Gobierno, permítanme sintetizarlo así; hoy tenemos un Infonavit más fuerte, más útil y más cercano a la gente. Más fuerte, porque es esta la Institución mejor calificada de México financieramente, cerramos 2017 con el mejor rendimiento nominal a la Subcuenta de Vivienda en los últimos 13 años, administramos más de 1 billón, sí, 1 billón con “b”, de pesos del ahorro de los trabajadores, equivalente ya a la cuarta parte del Sistema del Ahorro para el Retiro, y del 2012 a la fecha durante su administración, señor Presidente, le hemos enterado a 1.7 millones de mexicanos pensionados más de 81 mil millones de pesos.

 

Esto es el ahorro acumulado en la Subcuenta de Vivienda más el rendimiento que año con año el Infonavit le ha dado y que nos coloca por encima de otras opciones de ahorro para el retiro.

 

Déjenme compartirles un dato verdaderamente impresionante para ilustrar lo que nos pertenece a todos, que es el Infonavit, y que agrega ahorro a los trabajadores:

 

A pesos constantes en este sexenio se han pagado un rendimiento a la Subcuenta de Vivienda a los trabajadores de más de 317 mil millones de pesos, hoy podemos probar con hechos lo que soñaron muchos: vivienda también es ahorro, esa es una realidad.

 

Un Infonavit más fuerte, que comprometió en los meses de septiembre de 2017 esos meses de septiembre que nos duelen, pero que nos paralizaron, el derramar más de 2 mil millones de pesos en 10 medidas extraordinarias que adoptó el Consejo por unanimidad y que fue más allá de nuestra responsabilidad legal.

 

Hoy podemos informar que hemos canalizado más de 3 mil millones de pesos en atender las necesidades de los derechohabientes y acreditados afectados, que los acompañamos en su dolor con hechos y que hoy podemos verlos a la cara y estar en paz con ellos.

 

Éste es un Infonavit más útil para los derechohabientes, porque nos atrevimos a rediseñar el crédito hipotecario que por muchos años nos caracterizó y a relanzar un programa de mejoramiento a la vivienda.

 

Los resultados son palpables y son tangibles.

 

Entregamos el año pasado 533 mil 800 créditos en un año, 68 mil más que la meta que nos habíamos planteado y con una derrama económica superior de 80 mil millones de pesos, a lo que nunca habíamos invertido en México.

 

Un logro que no se entendería sin la participación activa de las entidades y financieras aquí presentes. Trabajamos con banca privada, trabajamos en coordinación por el bien de México, por eso les damos las gracias que estén aquí.

 

Con su instrucción, Presidente, logramos un cambio cualitativo, que por primera vez los créditos se denominaran en pesos, esa historia en 44 años no había ocurrido.

 

Con apoyo al pago, a los que ganan 15 mil pesos menos a tasa fija en un entorno internacional por demás complejo que ustedes conocen.

 

Permítanme anunciarles con cifras del 2018, que este Infonavit, el de ustedes, el de hoy oficialmente es el sexenio que más créditos ha entregado en su historia.

 

Al día de hoy hemos entregado más de 3.1 millones de créditos faltando todavía siete meses para que termine la administración de usted, señor Presidente.

 

Y hoy podemos comprometernos de cara a México y de cara a usted, señor Presidente, que llegaremos a más de 3.5 millones de créditos en el 2018.

 

Y no solo estamos rebasando las metas de crédito con una cartera sana y bien administrada, sino que estamos incidiendo en forma clara en el bolsillo de la gente.

 

Tan solo en el periodo 2013-2018 el Infonavit habrá derramado en crédito más de un billón, con “b” de bueno, un billón de pesos.

 

Es decir, más que toda la derrama junta que derramamos en el siglo XX, que recién acaba de terminar hace algunos años y 45 mil millones de pesos más que lograremos en el periodo 2007-2012, con todavía siete meses por caminar.

 

Un Infonavit más fuerte, más útil y más cercano porque le hemos apostado a lo que por muchos años constituyó una deuda moral, de cara al derechohabiente, el servicio.

 

Permítanme poner un ejemplo a partir del lanzamiento, apenas este año, de Infonavit Digital. El año pasado 700 mil personas visitaron nuestros centros de servicio para corregir un dato, para realizar trámites que este año ya lo van a poder hacer desde su computadora y desde un teléfono celular.

 

Le hemos apostado a la modernización, una modernización que implica un cambio profundo. Hemos renovado un convenio con los notarios que hace 13 años no hacíamos y abordamos al expediente digital, además de fortalecer la cobranza social para que nuestra derechohabiencia mantenga su patrimonio en momentos difíciles.

 

Además, señor Presidente, le informo: la próxima semana estaremos anunciando el Programa de Movilidad Hipotecaria, que mandató el Consejo y que recomendó nuestra Asamblea General. Este programa implica un cambio de paradigma en nuestra Institución; la vivienda dejará de ser un ancla para convertirse en un activo movible del patrimonio de los trabajadores.

 

Este cambio sustantivo es del Infonavit para los derechohabientes del Infonavit y sólo esta gran Institución del Estado mexicano sería y es capaz de instrumentar, un Infonavit con capacidad de cambio.

 

Prueba de ello es que en 1972 otorgamos 80 créditos en un año, eso hacía que entregáramos un crédito cada semana. Este Infonavit de hoy, para los que piensen que México no ha avanzado, entrega mil 500 hoy todos los días aquí, en nuestro país.

 

Hoy Infonavit está listo para enfrentar cualquier desafío; más fuerte, más útil, más cercano, más transparente, más nunca conforme con lo que ahora ha alcanzado.

 

En su primer discurso como Director General en 1972, don Jesús Silva Herzog Flores hablaba de las hazañas de la inconformidad, ese motor que nos alienta todos los días a pelear por aquello en lo que creemos.

 

Hoy quiero dar cuenta de una enorme hazaña de la inconformidad, del triunfo, del esfuerzo y del trabajo honesto, que es el común denominador de las y los trabajadores derechohabientes del Infonavit, personas que desde la innovadora y compleja Tijuana hasta la blanca Mérida; desde Tapachula hasta Reynosa, pasando de un mar a otro, pasando montañas, sierras y altiplanos se levantan muy temprano sabiendo que el trabajo no sólo dignifica al ser humano, sino que es el elemento que materializa los sueños, sueños que muy a menudo suelen ser el soñar con un patrimonio.

 

Cuarenta y seis años han conspirado con nosotros, desde el primer crédito otorgado en 1972, para que esta tarde nos acompañe Jorge Eduardo Bonilla González, joven originario de San Luis Potosí que hace unos días acudió a un Centro de Servicio Infonavit (CESI) a solicitar su crédito hipotecario, ese joven sin saber resultaría hoy un hito para nuestra institución, un hito porque Jorge Eduardo es el acreditado 10 millones del Infonavit y está aquí presente con su esposa y con su hijo.

 

A nombre de la familia Infonavit, Jorge, aplaudimos tu esfuerzo de los más de nueve millones 999 mil 999 créditos y acreditados que te precedieron, y de los muchos millones que estoy seguro más habrán que seguir tu ejemplo.

 

Si la historia del Infonavit es gracias a todos ustedes, es más grande por las historias de la vida de hombres y mujeres como Jorge.

 

Señoras y señores, amigos todos:

 

A 10 millones de créditos y 46 años de distancia y un día hoy vale la pena preguntarse qué habría hecho México sin el Infonavit, qué harían los mexicanos que ganan uno, dos o tres salarios sin el Infonavit, sin este gran igualador social que es, sin duda alguna, el techo más grande de México.

 

Lejos de la bendición que coloca a las instituciones en un pedestal inalcanzable, al Infonavit hay que entenderlo desde la perspectiva del ciudadano y la óptica del derechohabiente, sus verdaderos dueños.

 

Este es un instrumento del Estado para que los mexicanos sean más libres, libres para elegir dónde quieren vivir y libres para elegir cuándo quieren comprar, mexicanos más libres a partir de la seguridad que da el patrimonio y la certeza que brinda el ahorro.

 

Podremos encontrar mil razones para la discordia, sobre todo en estos tiempos de coyuntura en que vivimos; pero jamás darnos el lujo de olvidar una coincidencia superior: México debe de seguir siendo un país de derecho y de libertades. Nos llevó un siglo entero, revoluciones e invasiones, encontrar esas coincidencias supremas como Nación.

 

No tenemos ningún derecho, y mucho menos de cara a nuestros hijos, derecho a olvidar esa enseñanza.

 

Este país de libertades y derechos se ha construido a partir de instituciones --que nunca se nos olvide--, de disenso y de pluralidad, de consenso y de reformas, reformas con la visión como la que tuvo Enrique Peña Nieto.

 

Ese país de derechos y libertades en el que creemos y deseamos querer vivir, se ha cimentado en la solidaridad y la voluntad del pueblo de México.

 

En esa línea, el Infonavit ha sido derecho y ha sido libertad, Institución y pueblo, y el Infonavit, a la vez, ha sido tripartismo y consenso, fuerza y hazaña.

 

México nos demanda que cerremos la brecha entre ciudadanos, entre unos y otros, la brecha entre todos nosotros. Estoy convencido, como usted, señor Presidente, que la vía institucional es la mejor manera de cumplir con esa exigencia; que la brecha debe cerrarse con estabilidad económica que tanto nos costó construir; con crecimiento y derechos tangibles, con libertades económicas.

 

La catarsis democrática de un pueblo no debe poner en riesgo nuestro futuro. Esa patria de libertades que hemos construido manera imperfecta, sí, pero persistente, de buena fe, por más de dos siglos, no tiene tiempo que perder.

 

Nuestro Premio Nobel de Literatura, el gran mexicano Octavio Paz, describía libertad: “La libertad para realizarse, debe de bajar a la tierra y encarnar entre los hombres. No hacen falta alas, sino raíces”.

 

Y recordando a este gran mexicano, la Familia Infonavit hoy reflexiona: qué más raíz que la casa, para encarnar las libertades de México y el derecho consagrado en la Constitución. Qué raíz más profunda puede haber que esa primera patria llamada hogar.

 

Muchas gracias.